A este fúnebre acontecimiento siguieron otros; pero el más grave de todos fue la llegada de Pánfilo de Narvaez á Veracruz.
Cortés, como en todas ocasiones, tomó una resolución extrema; dejó la guarda de Moctezuma y de la ciudad á Pedro de Alvarado, "Tonatiut" (el sol), como le llamaban los indios, y marchó violentamente al encuentro de su rival.
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