Hay en México una calle formada de los más altos y suntuosos edificios, y donde hace años vive gente comerciante, acaudalada y principal.
Colocada en lo más poblado, en lo más céntrico de la gran ciudad, es una calle que podríamos llamar aristocrática. Sin embargo, de día tiene un aspecto triste y de noche lúgubre. Los grandes zaguanes de maderas antiguas y labradas parecen las entradas de unos castillos: en lo alto de las paredes de los edificios se proyectan las sombras y los alternados reflejos de los faroles de una manera singular, y parece que de las cornisas churriguerescas de los balcones se desprenden algunos fantasmas que tan pronto se incrustan y se esconden en los zaguanes, y tan pronto toman formas colosales y se suben á las cornisas de las azoteas y allí se asoman y ríen y muestran unos semblantes deformes y fantásticos á los que pasan.
Sign in to unlock this title
Sign in to continue reading, it's free! As an unregistered user you can only read a little bit.