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Very Difficult

Y la muerte es el último país que el niño inventa
RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN [6]
 
Fue en Valparaíso donde reaparecieron
en pleno año internacional del niño
por fin sanos y salvos
con escasa y suficiente memoria
eva lucía y anatole
niños del siglo veinte
habían mediado las naciones unidas
y fotógrafos embajadas arzobispos
y una vez confirmadas las identidades
y obtenido el aval indispensable
de burócratas y estados mayores
desde montevideo fue a buscarlos la abuela
y es posible que todo vuelva a su cauce
pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado
valparaíso de terremotos y escaleras
donde cada escalón es una casa en ascuas
valparaíso de marineros y mercados
y costas de agua helada y transparente
había acogido a anatole y eva lucía
cuando en diciembre del setenta y seis
aparecieron en la plaza o'higgins
a la deriva y tomados de la mano
valparaíso de acordeones y tabernas
y olor inconfundible a sal y muelles
con un mar que complica los adioses
pero se encrespa con las bienvenidas
la ciudad de las proas les dio pan y cobijo
y también una esponja con la ardua
misión de borrar los poquísimos recuerdos
pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado
montevideo de milongas y cielitos
puerto también pero con otro aroma
con cantinas y bares de mala muerte
y jóvenes cadáveres también de mala muerte
quizá reciba a eva lucía y anatole
sin primavera porque es invierno crudo
sin cantos porque hay silencio estricto
sin padres porque desaparecieron
montevideo de lluvia a plazos
de muros con pregones irreverentes
de noche sin faroles pero con tres marías
quizá reciba a eva lucía y anatole
en el breve año internacional del niño
sin primavera sin canciones sin padres
anatole sí recuerda a la madre caída
no ha olvidado aquella sangre única
ni al padre escondiéndolos en la bañera
para salvarlos del oprobio y los tiros
pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado
lo cierto es que montevideo y valparaíso
tienen más de un atributo en común
digamos la bruma y la nostalgia de los puertos
y esa oscura piedad en homenaje
al pobre año internacional del niño
que dentro de unos meses se termina
así pues no sería de extrañar
que antes de que culminen las celebraciones
y a fin de que la lástima sea simétrica
aparecieran en la plaza zabala
o en villa dolores o en el prado
dos pequeños chilenos desgajados del mundo
tomados de la mano y a la deriva
y una vez detectados por la onu
y por fotógrafos embajadas arzobispos
comprobadas las identidades y obtenido
el aval de burócratas y estados mayores
viniera a recogerlos algún abuelo
a fin de reintegrarlos a su valparaíso
que seguramente los habría de esperar
sin primavera sin canciones sin padres
pero ni colorín ni colorado
el cuento no se ha acabado
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